La lluvia torrencial que había cerrado el día anterior seguía cayendo mientras nos tomábamos un «desayuno americano» que tenía de americano lo que tienen los restaurantes chinos españoles de chinos. Habíamos llegado a ese albergue en busca de un parque natural lleno de lagos llamado Jiuzhaigou. Irónicamente en un principio la llegada a ese parque era colateral ya que nuestro objetivo principal era llegar a otro parque que se llamaba Huanglong (Dragón Amarillo) y que visitaríamos al día siguiente.

Desayunados y poncho en mano salimos del albergue en dirección al parque. Seguíamos teniendo suerte a la hora de elegir los albergues ya que en esta ocasión se podía ir andando hasta el parque natural en menos de 5 minutos. Llegamos a una entrada mezcla de Disnely Land y Doñana y nos encontramos una marea de chinos comprando entradas. Pagamos el precio de entrada + buses internos (si, de nuevo China y sus tamaños) y corrimos a la enfermería por el atraco que nos acaban de hacer. Todo esto metafórico claro, ya que los atracadores eran los que vendían las entradas. Es curioso que cuando estas en China más de 4 días pagar 20 euros por cualquier cosa te parece una barbaridad.

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